La inyección local de la toxina dentro de la mucosa vesical se realiza por cistoscopia y se utiliza en casos de vejiga hiperactiva refractaria al tratamiento farmacológico. Su funcionamiento se basa en la afinidad que tiene la toxina por las neuronas colinérgicas.
Es un procedimiento fácil de realizar y que deberá repetirse periódicamente para conseguir una mejoría clínica del paciente.